TODOS SOMOS VICTIMAS
Alvaro Sierra Devia
@alsidero
Agosto 15 del 2014
Los
colombianos no debemos tomar ningún tipo de partido dentro de las
conversaciones de paz que se están adelantando actualmente en Cuba. Ninguna de
las entidades que están participando en este proceso, ha sido legitimada por el
pueblo. Ni los protagonistas directos de las conversaciones (Gobierno y
Guerrilla), ni por los que las aplauden (Izquierda) y mucho menos por los que
se oponen (Derecha). Lo sucedido en las elecciones no legitimó a nadie.
Desde que
fuimos colonizados, los indígenas y todas las generaciones posteriores con su rica variedad de mestizajes, hemos sido
alejados y ajenos del patrimonio de nuestra nación; casi el 90% de los
colombianos, desde entonces, no somos propietarios de nuestra riqueza, no
participamos de nuestro ingreso, y nuestro duro-odioso-permanente-ajeno trabajo
no es contraprestado justamente; en cambio participamos obligatoria e
involuntariamente, como protagonistas de primera línea, en la violenta guerra
que, por el poder, mantiene el 10% de los colombianos restantes, y que podemos
considerar tristemente como los dueños del país. Esto significa que todos somos
víctimas de esta guerra iniciada hace más de cuatro siglos, y que en los
últimos cincuenta años ha adquirido ribetes dramáticos.
Ese 10% que
denomino como dueños del país son los dueños de la tierra, de la industria, del
dinero, del poder, del comercio, de lo ilícito, de las armas y especialmente de
nuestros miedos. Ustedes llámenlos como quieran: cacaos, paramilitares,
guerrilleros, políticos, iglesia, alta dirigencia, industriales,
terratenientes, políticos, ganaderos, narcotraficantes, etc. El factor común
son sus niveles de corrupción, y su desdén por los que no pertenecen a su
nivel, estrato 6 o más, que ellos mismos se asignaron.
Tengo tres
cosas ciertas en este momento: Primera, los que están conversando en la habana
representan a esta minoría elite, y no al 90% de colombianos víctimas; segunda,
la guerra es entre grupos que pertenecen a ese 10%; y tercera, si se firma el
tratado de paz, la guerra no desaparecerá porque ni siquiera se han puesto de
acuerdo entre los diferentes grupos que pertenecen a esa minoría, específicamente
con la derecha, los paramilitares y los narcotraficantes.
Veo con mucha
desconfianza y tristeza, que en la Habana se está construyendo una nueva caja
de pandora que, al abrirse, traerá un nuevo tipo de colonización que
beneficiará –como siempre-, a ese 10% de
auto elegidos líderes, y nos dejará viendo un chispero a casi 40 millones de
colombianos víctimas.
Hace quince
años lo dijo al aire, un reconocido periodista deportivo, abrumado por el
asesinato de alguien que si nos representaba –Jaime Garzon-:
“País de mierda…!!”