sábado, 24 de agosto de 2013


Nuestro verdadero sistema de gobierno

Por los años 1400, los aborígenes de este territorio continental, empezamos a obedecer a aquellos extraños que llegaron surcando los mares; traían consigo aborígenes de otro continente, de un color diferente,  sometidos con los mismos instrumentos que empezaron a utilizar con nosotros: la violencia, la religión, nuestra ignorancia.
A cambio de nuestras riquezas naturales, nosotros les entregamos nuestra identidad y nos olvidamos de nuestros valores para asumir los suyos, llegando a unos extremos de sumisión que increíblemente siguen vigentes varios siglos después: no cuestionamos, no nos revelamos, la violencia persiste, la religión sigue presente, y tristemente debo decirlo, continuamos en los mismos niveles de ignorancia.
La lejanía de un rey hizo que naciera un sistema de gobierno extraño, que es poco explicado en los textos: una oligarquía oculta en la que unos cuantos aristócratas se pelean el poder (y la riqueza) en nombre de la monarquía, cada uno de ellos manejando a un puñado de esos seres sin identidad: indígenas, negros, mestizos,  y todas las combinaciones que de ahí han resultado. El siete de agosto, el veinte de julio, el once de noviembre son solamente fechas que resaltan el triste suceso de matanzas de miles de esos seres sin identidad, tratando de dar el poder (y la riqueza) a esos aristócratas y testaferros  que los lideran, con la falacia de cambiar una monarquía por una democracia.
En pleno siglo XXI, las cosas siguen igual: más de cuarenta millones de seres sin identidad (marca Colón bia) divididos en rebaños que pertenecen a diferentes aristocracias; nos enfrentamos y matamos entre nosotros mismos, para darles el poder (y la riqueza). Los instrumentos siguen siendo los mismos: la violencia, la religión y especialmente nuestra ignorancia.
Hoy, esas oligarquías son las dueñas de nuestras tierras, de los medios de producción, de los medios de comunicación, de los recursos naturales, de nuestra identidad, de nuestra ignorancia; nos gobiernan y dominan a través de una intrincada red de testaferros, que a lo largo de varios siglos, de manera muy inteligente, han venido construyendo un poderoso sistema de dominación mal llamado democracia, y que les permite mantener el poder (y la riqueza).
Los movimientos guerrilleros (sin excepción), las bacrim, Alvaro Uribe, la Familia Santos, la mayoría de los líderes que ostentan el poder (y la riqueza) ejecutivo, legislativo y judicial son  esos testaferros y aristócratas representantes de esa oligarquía que de manera soterrada nos sigue dominando.
Esos cuarenta millones de personas sin identidad solo tendrán el poder (y la riqueza) después de un momento de inmensa crisis; desafortunadamente este proceso solo iniciará cuando una masa crítica perciba a esta oligarquía fantasma, identifique a todos esos testaferros y aristócratas,  empiece a recobrar la identidad perdida y desmonte esos instrumentos de dominación: violencia, religión e ignorancia.

alsidero
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Agosto 24 del 2013

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