miércoles, 7 de agosto de 2013

Volver los ojos a la familia

Esta es una rápida reflexión sobre el rol de la familia en la formación del ser humano, en la que destaco algunas similitudes en hábitos de aprendizaje con las propuestas por el Aprendizaje Basado en Problemas.

En primer lugar, quiero mencionar al padre de la Administración, Peter Drucker, mentor de la sociedad del conocimiento, quien sentenció hace más de veinte años el rotundo fracaso de la educación academicista y reveló la ineptitud de la escuela como agente principal en la formación humana (Drucker, 1989); con este panorama, cobra especial vigencia el Aprendizaje Basado en Problemas (ABP), que empezó a tener auge hace más de sesenta años, por su potencial de aportar mejoras reales  a la enseñanza, al aprendizaje y a la educación (Service d'aide a l'enseignement, 1994). El ABP es aprendizaje natural: te enfrentas a algo desconocido, te propones entenderlo, investigas de manera exhaustiva hasta quedar satisfecho y creces..!

En segundo lugar, menciono al señor James Heckman, premio Nobel de Economía en el año 2000 -se ha dedicado al estudio del desarrollo temprano del ser humano-, quien después de encontrar que los resultados de los programas de entrenamiento laboral son muy malos y que al contrario de lo que piensan la mayoría de economistas, el capital humano no solo está en la educación, sino en la habilidad y en las capacidades de una persona (Avila, 2011), advierte que después de revisar miles de datos  -al fin y al cabo economista-, encontró que la tasa de retorno de los programas de primera infancia es muy alta, incluso mejor que invertir en acciones. Recalca que los primeros años de una persona son fundamentales.
 
Por último, el filósofo español Francisco Altarejos Masota, destacó hace más de diez años, que el  papel educativo de la familia, “está emergiendo inopinadamente desde el omnipresente pragmatismo que configura hoy la realidad social” (Altarejos, 1999). Menciona el comienzo con fuerza de la restauración del papel educativo de la familia y el reconocimiento comprobado que los conocimientos y saberes adquiridos en la escuela, están soportados y anclados a la formación moral y humana dada por la familia.

Considerando que las bases del Aprendizaje Basado en Problemas no tienen nada de original, pues son solamente un método natural para el ser humano, los invito a hacer el siguiente ejercicio, que estoy seguro les parecerá muy familiar:

  • Piense en su grupo familiar, como un grupo de estudio; estoy seguro que no serán más de seis o siete personas (ABP recomienda el aprendizaje en grupos pequeños y funcionales).
  • Ese grupo de estudio tiene dos facilitadores (papá y mamá), cuyo rol no es enseñar, sino guiar en un marco de valores culturales.
  • Los problemas no hay necesidad de diseñarlos, pues cada miembro de la familia aportará el suyo en la medida que se enfrenta al entorno, y trata de comprender su realidad; esto ya es bastante motivador.
  • Cada miembro de la familia  se dedica a investigar sobre su problema, por su cuenta, o consultando amigos, padres, hermanos, etc.; esto es autoaprendizaje.
  • En cualquier momento, expone lo aprendido ante la familia, o sencillamente pone en consideración su forma de abordar el problema; esto es construcción colectiva del conocimiento.
  • La evaluación está presente durante todo el proceso y los miembros de la familia la hacen sin darse cuenta. Las notas no existen, pero una palmadita en el hombro, una señal de aprobación o una frase como: “te felicito hijo, aprendiste a hacerlo muy bien”, son el  mejor sistema de calificación. Se logra romper el paradigma de la evaluación como un propósito.
  • No hay horarios, ni limites en el tiempo
  •  El ritmo de aprendizaje lo determina cada hijo, o los padres,  según sus necesidades
  • La creatividad y el eficiente uso de los recursos están a la orden del día.


Como ven, el ABP no tiene nada de nuevo. La invitación es para que recordemos los hábitos de aprendizaje que desarrollamos en familia, fomentemos la educación familiar y le demos la importancia que en ella están redescubriendo filósofos como Altarejos; traigamos esos hábitos de aprendizaje a nuestro Sistema Educativo, para darle la razón al Nobel de Economía, pues mejor que invertir en acciones, es invertir en el desarrollo de habilidades y capacidades en una temprana edad.

Bibliografía:
·         Altarejos, F. (1999). Dimensión ética de la educación. Navarra (España): EUNSA.
·         Avila, R. (6 de Marzo de 2011). La pobreza es más que falta de educación. El Tiempo, Debes leer,  Pág 2.
·         Drucker, P. (1989). Las nuevas realidades. Barcelona: Edhasa.

·         Service d'aide a l'enseignement. (1994). El aprendizaje por problemas en la enseñanza superior. Montreal: Université de Montreal.

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